-Ya no escucho tu voz.
Como ante me cantabas,.
Melodías preciosas, que en las noches encontrabas.
-Ya, se me ha hecho un nudo en la garganta.
Y un atedio, que de tanto esperar, mi cuerpo, no aguanta.
Simplemente, dime no, y me volveré de espaldas.
-Me has tenido mucho tiempo, pendiente de tus hazañas.
Y llegó, la hora de la siembra, y hay que sacar las guadañas.
Son muchos años ya, los que lloré por ti.
Y en ese constante anhelo, estuve perdiendo mi tiempo.
-En vivir....
En descubrir, cosas nuevas, que no sabía de mí.
En un constante, desaliento.
En arrepentirme, en el día de aquél encuentro, como te cuento...
-Ya no hay frío en el tu silencio, ni fuego en tu mirada.
Descubrí, hace mucho tiempo, que no estaba enamorada.
Solo me queda tristeza, de este tiempo arrepentido.
De no haberme apartado antes, en la mitad del camino.
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