_Salto una y otra vez y otra, y dos veces más, por la valla
de tu casa, que no quiero dejar jamás.
Llevo una carta en mi bolsillo, y cuando estés dormida, un
beso yo te daré,como si fuera, un ladroncillo.
_Y la carta dejare.
No te preguntes, ni cuando, ni cómo, ni porqué fue.
Solo tienes que saber, que hay alguien que por ti vela.
Que por el día te piensa, y por la noche se desvela.
_Cuando despiertes por la mañana, si ves abierta tu,
ventana, fui yo quien entró por ella.
Te susurré al oído, te di un beso, y la carta te dejé.
_Y en ese momento, sonreíste, y te abrazaste a tu,
almohada.
No sonrojes cuando la leas, solo quiero que seas feliz y,
¡sueña!.
_sueña con un mañana, no pienses en el ayer y olvidate
de tus penas.
Quizás, no pueda alcanzarte, pero en mi mente,
resuenas, como dulces castañuelas.
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